En el Servicio de Salud de Castilla y León existen 210 Puntos de Atención Continua-da y Centros de Guardia de presencia física, que están afectados por este modelo de guardias de los E.A.P. con libranza al día siguiente. La primera consecuencia es que más de 150.000 consultas médicas anuales tienen necesidad de cobertura al año, debido al imperativo legal de descanso de todos aquellos médicos de E.A.P. que realizan Atención Continuada, momento en el que les correspondería realizar la atención al cupo poblacional asignado, de la misma manera que ocurre con el personal de enfermería de E.A.P., en cuyo caso también generan la necesidad de cobertura en un número análogo de consultas de enfermería en Atención Primaria, donde no se encuentra el profesional que tiene por objeto el seguimiento de los pacientes.
Con los datos disponibles, y una vez realizada la extrapolación de los gastos por profesional a la totalidad del ente regional, se evidencia el incremento de gasto en más de 57 millones de euros al año como consecuencia de este tipo de organización en la Administración sanitaria. No debemos olvidar que existe otra consecuencia derivada del mantenimiento de esta organización de personal además de la económica, que es que supone peor cobertura asistencial, pues se encuentran las consultas atendidas por un profesional que no es el de referencia para el paciente (debe contratarse un sustituto, asignarse a un profesional de área o cubrir la ausencia por parte de otro profesional de equipo), lo que por norma general ocasiona mayor demanda asistencial en días posteriores al profesional que disfruta la libranza (una situación que está condicionada por la relación establecida entre el paciente y sus profesionales de referencia), y que repercute negativamente en las listas de espera o en el tiempo en ser atendido en consulta desde que el paciente demanda la atención sanitaria.
Por ello, debemos tener en cuenta que la libranza después de una guardia es una causa más de la necesidad de sustitutos (pudiendo ser convertidos en empleos estables y con jornadas previsibles, como será analizado en el punto 10), y que puede condicionar que no se pueda dar cobertura a todas las necesidades de sustitución. Sin embargo, es importante recordar que estos problemas que afectan a la calidad de la asistencia y a la cobertura de las consultas en Atención Continuada de Castilla y León son debidos, únicamente, a una decisión organizativa del Servicio de Salud.
Por otra parte, este sobrecoste se ha calculado comparando médicos y enfermeras sin trienios ni carrera profesional, tanto en el caso de los profesionales del E.A.P. como de Área, aunque debemos considerar también que un elevado porcentaje de profesionales de los E.A.P. que hacen guardias tienen siete trienios y reconocido el tercer grado de Carrera Profesional (la media de edad de la plantilla de E.A.P. en Atención Primaria de Castilla y León es elevada, razón por la que en los próximos años se jubilarán un elevado número de trabajadores, especialmente entre el personal médico), en contraste con el personal de Área en activo, que tiene una media de trienios inferior y tienen reconocido únicamente el primer grado de carrera profesional.
Si bien no están disponibles estos datos en el portal de Transparencia de la Junta de Castilla y León, resulta congruente afirmar que los sobrecostes en la práctica serán superiores si consideramos estos últimos factores (tanto los trienios como el reconocimiento de carrera profesional de cada trabajador en Atención Primaria), pudiendo incrementar el coste calculado en más de un 12% sobre el total estimado regional (Tabla 19) manteniendo los mismos factores condicionantes del estudio, superando de esta manera el ahorro presupuestario en más de 65 millones de euros al año, de ser realizada una intervención sobre la asignación de las coberturas en Atención Continuada.